Patrona de los hombres de la mar
VIRGEN DEL CARMEN
Patrona de los hombres del mar
El Carmelo, alto promontorio que se yergue en la costa oriental del Mar Mediterráneo, a la altura de Galilea, tiene en sus faldas numerosas grutas naturales, predilectas de los eremitas. El más célebre de estos hombres de Dios fue el gran profeta Elías, quien en el siglo IX antes de Cristo defendió valientemente de la contaminación de los cultos idolátricos la pureza de la fe en el Dios único y verdadero.
Según una antiquísima tradición, allí se formó un monasterio de profetas que esperaban la venida del Mesías. Alrededor del año 1150, fue transformada en orden religiosa por el cruzado Bertoldo de los Carmelitas, de vida contemplativa, que tiene como patrona y protectora a la Madre de Dios. Los Carmelitas han difundido en el pueblo cristiano la devoción a la Santísima Virgen del Monte Carmelo, señalándola como modelo de oración, de contemplación y de dedicación a Dios. María, en efecto, antes y de modo insuperable, creyó y experimentó que Jesús, Verbo encarnado, es el culmen, la cumbre del encuentro del hombre con Dios. Acogiendo plenamente la Palabra, «llegó felizmente a la santa montaña», y vive para siempre, en alma y cuerpo, con el Señor.
Como las persecuciones no dejaban tranquilos a estos religiosos, San Simón Stock, su sexto superior general, imploró de la Santísima Virgen una señal particular de su protección. El 16 de julio de 1251, la Virgen María le enseñó el escapulario como insignia especial de su amor maternal. De ahí el nombre de la Fiesta del Escapulario, dado a la solemnidad de este día.
El escapulario es una vestimenta común en muchas congregaciones religiosas. Existe también un escapulario en formato pequeño para las personas del mundo que les permite participar de las grandes gracias que están relacionadas con él; entre otras, el privilegio sabatino. En su bula llamada Sabatina, el Papa Juan XXII afirma que aquellos que usen el escapulario serán rápidamente liberados de las penas del Purgatorio el sábado siguiente de su muerte.
La estrella del Mar y los Carmelitas
Los marineros, antes de la edad de la electrónica, dependían de las estrellas para marcar su rumbo en el inmenso océano. De aquí la analogía con La Virgen María quien como, estrella del mar, nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo.
Por la invasión de los sarracenos, los Carmelitas se vieron obligados a abandonar el Monte Carmelo. Una antigua tradición nos dice que antes de partir se les apareció la Virgen mientras cantaban el Salve Regina y ella prometió ser para ellos su Estrella del Mar. Por ese bello nombre conocían también a la Virgen porque el Monte Carmelo se alza como una estrella junto al mar.